jueves, 14 de noviembre de 2013

Los parásitos de las mascotas pueden causar ceguera

iStock_000027132378XSmall_cynoclubLas mascotas son excelentes compañeros en el hogar, y como integrantes que son de la familia necesitan sus propios espacios y cuidados. De otro modo, pueden, entre otras cosas, transmitirles  enfermedades a los humanos. Tal es el caso de la toxocariasis, una infección de los ojos que puede conducir a la ceguera. Sigue leyendo y descubre más detalles sobre esta enfermedad y cómo prevenirla.
Es posible que nunca hayas oído hablar de la larva migratoria visceral. Pero si tienes mascotas en casa, presta atención. Esta infección es causada por parásitos que se encuentran en los intestinos de perros y gatos y se la conoce como toxocariasis.  En el perro, este parásito se llama Toxocara canis y en el gato lleva el nombre de Toxocara cati.
Estos parásitos pueden causar una infección peligrosa que pone en riesgo la visión, en especial de los niños. Se estima que de 10 casos de contagio, siete pierden la vista. Lo más preocupante es que las víctimas suelen ser los niños, que se contagian al jugar con la tierra o en los areneros contaminados con estos parásitos.
Luego de tragar los huevos de los gusanos que se encuentran en la tierra o en la arena, éstos se desarrollan dentro del intestino y luego viajan por todo el cuerpo. Así llegan a distintos órganos. Cuando los afectados son los pulmones, el hígado, el cerebro y el corazón, por ejemplo, se habla de toxocariasis visceral.
En cambio, cuando la infección ataca los ojos, se le llama toxocariasis ocular. En este caso, las señales de la afección pueden ser ojos bizcos, inflamación alrededor de los ojos y disminución de la vista. Si no se trata, esta infección tiene muchas posibilidades de generar lesiones en la retina y causar ceguera. 
Por eso es tan importante no sólo la higiene y los cuidados con las mascotas en la casa sino también que en las plazas y en los parques haya lugares especiales para las mascotas que sean distintos a los espacios de juego para los niños.
La toxocariasis es una enfermedad común en toda América Latina, en especial en las zonas cálidas (ya que las larvas de la toxocara no pueden desarrollarse a menos de 10 grados centígrados o 50 Farenheit), en donde se considera que es una epidemia y por eso es un tema muy importante para la salud pública.
Únete a la prevención y a la difusión de la toxocariasis. Toma nota de estos cuidados para evitarla, tanto en el hogar como en los lugares públicos, y comparte esta información con quienes te rodean:
  • Si tienes un perro o un gato, recuerda desparasitarlo y desechar sus heces de manera adecuada.
  • Mantén una buena higiene en el hogar y lávate bien las manos con agua y jabón luego de jugar con tu mascota o de manipular sus objetos, especialmente si estás por preparar o servir comidas o bebidas. Enséñales a tus hijos a hacer lo mismo para que adopten hábitos de convivencia saludables con sus mascotas.
  •  Mantén a tus hijos alejados de las áreas donde juegan los perros y los gatos. Si todavía no han cumplido dos años y medio, lávales las manos con frecuencia, y si son mayores, recuérdales que se laven las manos a menudo, sobre todo después de jugar con los perros y/o los gatos.
  • Mantén a las mascotas de la familia alejadas del cajón de los excrementos y cúbrelo bien cuando no lo utilicen. Asimismo, elimina los excrementos de tu mascota continuamente, del jardín o donde se encuentren.
  • Cuando vayas al parque o a lugares públicos, busca áreas de acceso restringido sólo para niños.
  • Explícales a tus hijos pequeños que no se metan las manos sucias en la boca.
Con estos sencillos cuidados, ahora sí puedes seguir disfrutando del parque y las actividades al aire libre, con los niños y con las mascotas.
Imagen © iStockphoto.com / cynoclub
TOMADO LE LA PAGINA; VIDA Y SALUD

Para controlar los niveles de glucosa en la sangre, desayuna bien


iStock_000025995102XSmall_AldoMurilloUn estudio israelí encontró que un desayuno fuerte, rico en proteínas y grasa ayuda a los diabéticos tipo 2 a controlar mejor el apetito y los niveles del azúcar en la sangre.
Si eres de las personas que acostumbran a saltarse el desayuno, o a comer cualquier cosa para “contentar” al estómago antes de salir de toda prisa a cumplir las obligaciones del día, conviene que reconsideres tus hábitos – y muy especialmente si padeces de diabetes tipo 2, si tienes pre diabetes o si quieres evitar la diabetes  tipo 2 a toda costa.
En Vida y Salud hemos explicado anteriormente la importancia de un buen desayuno para poder funcionar de forma óptima durante el día. Pero además, te hemos presentado varios estudios científicos que asocian el desayunar regularmente con menor incidencia de diabetes, cuentas más bajas de colesterol y habilidad de controlar mejor el peso.
Pero si ya padeces de diabetes tipo 2, presta especial atención a esta nueva información presentada recientemente en la reunión anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes realizada en Barcelona, España.  Datos tomados de un estudio realizado en la Universidad Hebrea de Jerusalén, enseñan que un desayuno fuerte, que incluya alimentos ricos en proteína y grasa, podría ayudar a los diabéticos tipo 2 a controlar el apetito y los niveles de la glucosa en la sangre.
Los investigadores basaron este estudio en investigaciones previas que ya habían detectado los beneficios de un desayuno nutritivo y regular:
  • Quienes desayunan regularmente tienden a tener un índice de masa corporal (IMC) más bajo que quienes se lo saltan o no desayunan.
  • También disfrutan de niveles de azúcar en la sangre más bajo y utilizan la insulina de forma más eficiente. ¿Qué información nueva encontró el estudio israelí? Veamos.  Los investigadores tomaron a 59 personas con diabetes tipo 2 y las dividieron en dos grupos que consumieron un desayuno fuerte y otro más ligero. El desayuno considerado fuerte constituía aproximadamente un tercio del total de las calorías diarias de las personas asignadas a ese grupo y también tenía un porcentaje mayor de las proteínas y de las grasas. En cambio, el desayuno más ligero contaba solamente un 12.5 por ciento del total de las calorías diarias.
    Después de llevar este régimen durante unas 13 semanas, se encontró que los niveles de azúcar en la sangre y los de la presión arterial disminuyeron significativamente en el grupo del desayuno fuerte:
    • La reducción de la glucosa (el azúcar) en la sangre fue 3 veces mayor en este grupo que en el grupo del desayuno ligero.
    • La reducción de la presión arterial fue incluso más significativa: 4 veces mayor en comparación a los niveles del grupo del desayuno ligero.
    • Los participantes de este grupo tuvieron menos hambre durante el día y pudieron controlar mejor el apetito. Los investigadores lo atribuyen a que un desayuno rico en proteínas ayuda a suprimir la grelina (la llamada “hormona del apetito”).
    Además, alrededor de un tercio de las personas que desayunaron fuerte pudieron reducir la cantidad de medicamentos que necesitaban para controlar su glucosa en la sangre. En comparación, alrededor del 17 por ciento de los pacientes que desayunaron ligero tuvieron que aumentar las dosis de sus medicamentos mientras duró el estudio.
    Los datos y las conclusiones del estudio hasta el momento se consideran preliminares (hasta que se publiquen en una revista aprobada por profesionales), pero corroboran, como mencionamos anteriormente, la evidencia que existe a favor del desayuno.
    Si llevas una alimentación balanceada y tus niveles de glucosa en la sangre se mantienen controlados, sigue como hasta ahora.  Pero si tus niveles de glucosa son erráticos y desayunas ligera e irregularmente, haz un esfuerzo por mejorar tu rutina. Desde luego, consulta con tu doctor acerca de cualquier cambio relacionado con tu régimen. Si te confunde la cuenta de calorías y cuáles alimentos deberías de incorporar a un desayuno más fuerte, te convendría consultar con un dietista registrado o un nutricionista calificado.  No dejes el asunto para mañana y da el primer paso hoy mismo para que logres controlar mejor tu diabetes.
    Imagen © iStockphoto.com / Aldo Murillo
    Tomado de la pagina; VIDA Y SALUD

martes, 5 de noviembre de 2013

Esculturas tan reales que dan miedo

Ron Mueck es australiano, pero vive en Estados Unidos. Comenzó en el campo de los efectos especiales pero fue en las artes plásticas que logró llamar la atención de todo el mundo. Sus esculturas logran un hiperrealismo escalofriante.



Los cuerpos reales

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Cuerpos reales

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domingo, 20 de octubre de 2013

Dormir permite limpieza del cerebro, revela una investigación

Dormir permite al cerebro limpiarse de los residuos acumulados durante la víspera gracias a un mecanismo descubierto recientemente, y que está sobre todo activo durante el sueño, mostró una investigación publicada este jueves.
Al igual que un portero que barre los pasillos cuando la luz se apaga, en el cerebro se producen mientras dormimos grandes cambios que le permiten expulsar la basura y alejar la enfermedad.
Este descubrimiento podría hacer avanzar la comprensión de las funciones biológicas del sueño, explicaría porqué pasamos un tercio de nuestras vidas durmiendo y podría permitir encontrar tratamientos contra enfermedades neurológicas como el Alzheimer, estiman los investigadores cuyo trabajo aparece publicado esta jueves en la revista estadounidense Science.
"Esta investigación muestra que el cerebro tiene diferentes estados de funcionamiento durante los períodos de vigilia y sueño", explica el doctor Maiken Nedergaard, de la facultad de medicina de la Universidad de Rochester (Nueva York, noreste), el principal autor del estudio.


"De hecho, la naturaleza recuperadora del sueño resultaría de la eliminación de estos residuos producidos por la actividad neuronal que se acumulan durante el período de vigilia", añade.
Para este trabajo de limpieza el cerebro utiliza un sistema único llamado "glinfático", de alta actividad durante el sueño y que permite limpiar la mayor parte de toxinas responsables de enfermedades como el Alzheimer u otras patologías neurológicas. Este sistema se encuentra diez veces más activo durante el sueño que mientras estamos despiertos.
Además, los investigadores han descubierto que las células cerebrales reducen su tamaño un 60% cuando dormimos, lo que permite a los desechos ser eliminados más fácilmente.
"El cerebro tiene energía limitada a su disposición", afirmó Nedergaard. "Puedes imaginarlo como organizar una fiesta en tu casa. Puedes entretener a los invitados o limpiar la casa, pero realmente no puedes hacer las dos cosas a la vez", explica.
El descubrimiento podría también responder a la pregunta de por qué necesitamos dormir. Casi todas las especies animales duermen de una manera u otra, desde las moscas a las ballenas, apuntan los investigadores.
El hecho de dormir puede resultar fatal cuando se encuentran cerca depredadores, y hasta ahora no se había entendido bien que el sueño responde a una función esencial vital de la evolución.
El sistema linfático permite eliminar los residuos celulares en el organismo, pero no en el cerebro, que permanece aislado protegido por un complejo sistema de puertas de acceso molecular que controla entradas y salidas.
Los investigadores pudieron observar por primera vez este sistema de limpieza cerebral gracias a una nueva tecnología de imagen utilizada en ratones, que presentan un cerebro similar al de los humanos.
El mecanismo integrado en el sistema sanguíneo del cerebro impulsa el fluido cerebro espinal a través de los tejidos y lo reenvía purificado, mientras que los desechos son transportados por la sangre hasta el hígado, donde son eliminados.
Una eliminación de estas toxinas del cerebro resulta esencial puesto que su acumulación en forma de proteínas tóxicas puede provocar la enfermedad de Alzheimer.
Casi todas la patologías neurodegenerativas están vinculadas a una acumulación de desechos celulares, señalan los investigadores.


El ginseng podría mejorar la fatiga relacionada con el cáncer

iStock_000008213293XSmall_OrchidpoetSegún un estudio, tomar un suplemento de ginseng americano todos los días durante ocho semanas podría ayudar a mejorar la fatiga en las personas con cáncer.
El término ginseng se refiere a varias especies del género Panax de la familia Araliaceae. Las dos especies de ginseng más utilizadas son el ginseng asiático y el ginseng americano. La palabra “ginseng” se deriva de ren-shen, el nombre chino de la planta, que significa “la esencia de la tierra en la forma de un hombre” o “raíz-hombre”, refiriéndose al parecido de la raíz a la forma humana. El ginseng se ha utilizado en la medicina tradicional china desde hace más de 2.000 años. Sus diversos usos incluyen el aumento del apetito y la fuerza, la mejora de la memoria y el rendimiento físico, la reducción de la fatiga y el estrés, y la mejoría general de la calidad de vida.
En el estudio actual, los investigadores se propusieron determinar los posibles efectos del ginseng sobre la fatiga relacionada con el cáncer. Se inscribieron 364 sobrevivientes de cáncer y fueron asignados al azar para recibir diariamente durante ocho semanas o 2.000 miligramos de ginseng americano o placebo. Se tomaron observaciones sobre los cambios en el nivel de fatiga de los sujetos después de las cuatro y las ocho semanas de tratamiento.
Los resultados mostraron una diferencia significativa en el grupo que había recibido el ginseng después de ocho semanas de tratamiento. Las personas en el grupo que tomó ginseng tuvieron una mejoría mayor en sus síntomas en el transcurso del estudio, en comparación con aquellos que recibieron placebo. Los investigadores encontraron que el mayor beneficio fue reportado por los que estaban recibiendo tratamiento activo contra el cáncer, en comparación con los que ya habían completado el tratamiento

La bacteria H. pylori: qué es y cómo te afecta

iStock_000022951582XSmall_iLexxDos tercios de la población mundial la tienen en su estómago. Es una de las causas principales del cáncer gástrico y aumenta el riesgo de desarrollar el linfoma gástrico de tejido linfoide relacionado con la mucosa. Se trata de la bacteria Helicobacter pylori. Conócela más de cerca para que puedas defenderte mejor de ella.  
La bacteria Helicobacter pylori (H. pylori) ha coexistido con el ser humano por miles de años, aunque fue  descubierta por dos médicos australianos hace apenas 25.  Es una bacteria que tiene forma de hélice y es responsable de la mayoría de las  úlceras gástricas, de muchos casos de inflamación crónica del estómago (gastritis) y hasta de algunos casos de cáncer gástrico o Maltoma (un linfoma que no es muy frecuente).
El H. pylori pertenece al grupo de las bacterias gram negativas, es decir, un grupo de bacterias que no se tiñen de azul oscuro o violeta con la tinción de Gram, sino que lo hacen de color rosado pálido. La tinción o  de Gram es un colorante específico que se usa en bacteriología para visualizar y diferenciar a los hongos y a las bacterias. Las bacterias gram negativas son uno de los principales grupos de bacterias y muchas veces causan enfermedades. A este grupo pertenecen las bacterias que causan la gonorrea, la meningitis, las enfermedades respiratorias como la influenza y la neumonía. La salmonella, asociada al igual que el H. pylori a enfermedades gastrointestinales, es otra de las bacterias gram negativas.
Para sobrevivir en el medio ácido del estómago, esta bacteria secreta una enzima llamada ureasa, que convierte a la urea en amoníaco. Así, la acidez del estómago se neutraliza y el ambiente se vuelve benigno para el H. pylori.
Debido a su forma en espiral y a la manera en que se mueve, puede perforar el revestimiento mucoso que protege al estómago, que es menos ácido que el espacio interior, o unirse a las células que revisten la superficie interna del estómago, debilitando los mecanismos de defensa de este órgano y produciendo una inflamación local. Más aún, por razones que no se comprenden completamente, el H. pylori también puede estimular al estómago para que produzca más ácido.
¿Cómo puede alguien infectarse con H. Pylori? Se cree que la bacteria se propaga por medio de los alimentos y el agua contaminados, o por contacto directo con saliva o materia fecal (heces) infectados.  En la mayoría de los casos el contagio se produce durante la niñez. Lo que todavía continúa sin entenderse es por qué algunas personas se enferman y otras no.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, casi dos tercios de la población mundial albergan la bacteria, aunque a la mayoría de las personas infectadas no les causa daño ni les produce síntomas.
Cuando sí se presentan úlceras o gastritis (una inflamación del revestimiento del estómago), los síntomas que podrías tener son:
  • Dolor abdominal, ardor o indigestión. Esto puede ocurrir dos o tres horas después de las comidas, o por la noche cuando el estómago está vacío.  Puede aparecer y desaparecer por varios días o semanas y aliviarse con las comidas.
  • Distensión, sensación de estar lleno, pesadez en el estómago y eructos.
  • Sentir mucha hambre pocas horas después de comer
  • Náuseas o vómitos.
  • Pérdida del apetito y/o de peso.
Ten en cuenta que estos síntomas también se parecen a los de otras condiciones de salud, por eso, si tienes algunos de ellos consulta con tu médico para que pueda determinar de qué se trata y pueda indicarte el tratamiento adecuado.
Para detectar si se trata de una infección debida a la bacteria H. pylori, el especialista puede realizar  distintas pruebas, como exámenes de sangre y de aliento o estudio de las heces (materia fecal), aunque la más precisa es la llamada endoscopía del esófago, estómago y duodeno. Este es un procedimiento molesto e invasivo que suele hacerse sólo cuando se sospecha que la persona tiene úlcera u otro problema causado por el H. pylori (como cáncer del estómago), ya que consiste en examinar el interior de estos órganos con un tubo delgado y flexible, que tiene una luz, y que se pasa a través de la boca hasta el estómago y el duodeno.
Si el resultado es positivo para la bacteria H. pylori, el médico te indicará un tratamiento, de acuerdo a tu edad, tu estado general de salud, tus antecedentes médicos y qué tan avanzada esté la enfermedad. El tratamiento puede incluir antibióticos para eliminar la bacteria y medicamentos para suprimir la producción de ácido (como bloqueadores H2 o inhibidores de la bomba de protones).
Luego del tratamiento, deberás hacerte otros estudios para comprobar que la bacteria se haya eliminado. Si es así, las posibilidades de que vuelva son pocas. De todos modos, como siempre es preferible prevenir que curar, toma nota de lo que puedes hacer para evitar infectarte con la bacteria H. pylori:
  • Lávate las manos después de usar el baño y antes de comer.
  • Come alimentos preparados adecuadamente.
  • Bebe agua de fuentes limpias y seguras.
Ahora que cuentas con esta información, presta atención a las señales y a los síntomas que te de tu estómago. Y recuerda que un ambiente limpio y libre de gérmenes puede ayudar a disminuir el riesgo de contraer una infección por H. pylori. Si todavía tienes dudas en tu caso particular.

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lunes, 30 de septiembre de 2013

Un gen del estrés es la “llave maestra” que permite la metástasis del cáncer


iStock_000008807737XSmall_crop_webphotographeerLa activación del gen conocido como ATF3 en las células del sistema inmunológico podría ser el eslabón entre el estrés y la difusión del cáncer desde el tumor de origen a otras partes del cuerpo.  Además de confirmar la estrecha relación entre el estrés y el cáncer, es un avance enorme en el entendimiento del desarrollo de la enfermedad y su forma más letal, la metástasis.
Como en muchas películas de misterio, el “malo” comete sus fechorías con ayuda interna.  Un equipo de investigadores del Ohio State University Comprehensive Cancer Center ha realizado un descubrimiento inesperado, detectando al “cómplice” dentro de nuestro organismo: la activación de un gen del estrés, llamado ATF3, en las células del sistema inmunológico parece que ayuda al cáncer (específicamente, al de mama) a trasladarse a otros órganos y partes del cuerpo (que es lo que se conoce como metástasis).
Que el estrés se considera un factor de riesgo para el desarrollo del cáncer no es nada nuevo.  Pero además, los investigadores ya sabían que el ATF3 se activa o se expresa en respuesta a situaciones de estrés en todos los tipos de células.  En condiciones típicas, la activación del ATF3 puede causar que las células benignas (o normales) se “suiciden” o mueran si ellas mismas determinan que los desencadenantes del estrés (los factores como falta de oxígeno o radiación, por ejemplo), han dañado a las células de forma irreparable.
Pero esta nueva investigación va un paso más allá al sugerir que las células cancerosas de alguna manera convencen o inducen a las células del sistema inmunológico que llegan a combatir el tumor a que expresen el gen ATF3.  Aunque todavía no se sabe exactamente cómo, el ATF3 provoca que las células del sistema inmune actúen de forma errática, lo que les da a las células cancerosas una ruta de escape desde el tumor de origen a otras áreas del cuerpo.
Según Tsonwin Hai, profesora de bioquímica celular y molecular en Ohio State University y autora principal del estudio, “si el propio cuerpo no ayuda a las células del cáncer, éstas no se pueden diseminar (expandir) muy lejos. Así que de hecho, el resto de las células del cuerpo colaboran con el cáncer a diseminarse y a instalarse en sitios distantes del tumor original.  Y el factor común en este proceso es el estrés”, explica.La doctora Hai y sus colegas relacionaron primero la expresión (o manifestación) del gen ATF3 en las células del sistema inmunológico con las peores pronósticos (o resultados) en una muestra de casi 300 mujeres con cáncer del seno. A continuación, realizaron estudios con ratones y descubrieron que los que no tenían el gen ATF3 tuvieron metástasis menos extensas del cáncer primario de seno en los pulmones que los ratones normales que pudieron activar el ATF3.
Según explica la doctora Hai, las células cancerosas eran iguales, los tumores primarios eran similares en tamaño, pero solamente en los ratones que pudieron expresar el ATF3 – el gen del estrés – las células cancerosas pudieron hacer metástasis con éxito.  Eso sugiere que la respuesta al estrés del anfitrión (el ratón de laboratorio, y por extensión, la persona o paciente con cáncer), ayuda al cáncer a hacer la metástasis.
Y añade: “Si el cuerpo está en equilibrio, no hay mucho problema, Pero cuando el cuerpo sufre estrés, eso cambia al sistema inmunológico. Y el sistema inmunológico es una espada de doble filo”.
El ATF3 actuaría como la “llave maestra” que confundiría a las células del sistema inmunológico, permitiendo al cáncer propagarse más fácilmente.  Hay que tener en cuenta que el AFT3 se activa no solamente por mensajes de estrés enviados por las células tumorales, sino por otros métodos estresantes para las células entre los que se encuentran  por ejemplo, la radiación, el daño ocasionado por los rayos ultravioleta del sol, una dieta con un nivel muy alto de grasas, la exposición a ciertos agentes químicos o que la persona esté sometida al estrés de forma crónica.
Más detalles de esta interesante investigación fueron publicados en una edición reciente del medio profesional Journal of Clinical Investigation.
Si estudios adicionales corroboran los hallazgos del equipo de la doctora Hai, se espera que en el futuro este gen pueda funcionar como base de un medicamento que sirva para combatir específicamente las metástasis. Mientras tanto, los resultados ofrecen una pista importante sobre la manera en que las células de un tumor usan señales para “convencer” al organismo a ayudarlas no sólo a sobrevivir sino a instalarse en órganos distantes.
Entender el mecanismo significa haber ganado la mitad de la batalla. La lucha contra el cáncer continuará en los laboratorios, creando medicamentos y terapias eficaces, y desde luego, en la vida de cada persona. ¿Cómo? Evitando, en lo posible, los factores de riesgo: el tabaco, el exceso del alcohol, la exposición a contaminantes y eligiendo una dieta balanceada, haciendo más ejercicio y obviamente, procurando llevar una vida con mucho menos estrés.