domingo, 20 de octubre de 2013

Dormir permite limpieza del cerebro, revela una investigación

Dormir permite al cerebro limpiarse de los residuos acumulados durante la víspera gracias a un mecanismo descubierto recientemente, y que está sobre todo activo durante el sueño, mostró una investigación publicada este jueves.
Al igual que un portero que barre los pasillos cuando la luz se apaga, en el cerebro se producen mientras dormimos grandes cambios que le permiten expulsar la basura y alejar la enfermedad.
Este descubrimiento podría hacer avanzar la comprensión de las funciones biológicas del sueño, explicaría porqué pasamos un tercio de nuestras vidas durmiendo y podría permitir encontrar tratamientos contra enfermedades neurológicas como el Alzheimer, estiman los investigadores cuyo trabajo aparece publicado esta jueves en la revista estadounidense Science.
"Esta investigación muestra que el cerebro tiene diferentes estados de funcionamiento durante los períodos de vigilia y sueño", explica el doctor Maiken Nedergaard, de la facultad de medicina de la Universidad de Rochester (Nueva York, noreste), el principal autor del estudio.


"De hecho, la naturaleza recuperadora del sueño resultaría de la eliminación de estos residuos producidos por la actividad neuronal que se acumulan durante el período de vigilia", añade.
Para este trabajo de limpieza el cerebro utiliza un sistema único llamado "glinfático", de alta actividad durante el sueño y que permite limpiar la mayor parte de toxinas responsables de enfermedades como el Alzheimer u otras patologías neurológicas. Este sistema se encuentra diez veces más activo durante el sueño que mientras estamos despiertos.
Además, los investigadores han descubierto que las células cerebrales reducen su tamaño un 60% cuando dormimos, lo que permite a los desechos ser eliminados más fácilmente.
"El cerebro tiene energía limitada a su disposición", afirmó Nedergaard. "Puedes imaginarlo como organizar una fiesta en tu casa. Puedes entretener a los invitados o limpiar la casa, pero realmente no puedes hacer las dos cosas a la vez", explica.
El descubrimiento podría también responder a la pregunta de por qué necesitamos dormir. Casi todas las especies animales duermen de una manera u otra, desde las moscas a las ballenas, apuntan los investigadores.
El hecho de dormir puede resultar fatal cuando se encuentran cerca depredadores, y hasta ahora no se había entendido bien que el sueño responde a una función esencial vital de la evolución.
El sistema linfático permite eliminar los residuos celulares en el organismo, pero no en el cerebro, que permanece aislado protegido por un complejo sistema de puertas de acceso molecular que controla entradas y salidas.
Los investigadores pudieron observar por primera vez este sistema de limpieza cerebral gracias a una nueva tecnología de imagen utilizada en ratones, que presentan un cerebro similar al de los humanos.
El mecanismo integrado en el sistema sanguíneo del cerebro impulsa el fluido cerebro espinal a través de los tejidos y lo reenvía purificado, mientras que los desechos son transportados por la sangre hasta el hígado, donde son eliminados.
Una eliminación de estas toxinas del cerebro resulta esencial puesto que su acumulación en forma de proteínas tóxicas puede provocar la enfermedad de Alzheimer.
Casi todas la patologías neurodegenerativas están vinculadas a una acumulación de desechos celulares, señalan los investigadores.


El ginseng podría mejorar la fatiga relacionada con el cáncer

iStock_000008213293XSmall_OrchidpoetSegún un estudio, tomar un suplemento de ginseng americano todos los días durante ocho semanas podría ayudar a mejorar la fatiga en las personas con cáncer.
El término ginseng se refiere a varias especies del género Panax de la familia Araliaceae. Las dos especies de ginseng más utilizadas son el ginseng asiático y el ginseng americano. La palabra “ginseng” se deriva de ren-shen, el nombre chino de la planta, que significa “la esencia de la tierra en la forma de un hombre” o “raíz-hombre”, refiriéndose al parecido de la raíz a la forma humana. El ginseng se ha utilizado en la medicina tradicional china desde hace más de 2.000 años. Sus diversos usos incluyen el aumento del apetito y la fuerza, la mejora de la memoria y el rendimiento físico, la reducción de la fatiga y el estrés, y la mejoría general de la calidad de vida.
En el estudio actual, los investigadores se propusieron determinar los posibles efectos del ginseng sobre la fatiga relacionada con el cáncer. Se inscribieron 364 sobrevivientes de cáncer y fueron asignados al azar para recibir diariamente durante ocho semanas o 2.000 miligramos de ginseng americano o placebo. Se tomaron observaciones sobre los cambios en el nivel de fatiga de los sujetos después de las cuatro y las ocho semanas de tratamiento.
Los resultados mostraron una diferencia significativa en el grupo que había recibido el ginseng después de ocho semanas de tratamiento. Las personas en el grupo que tomó ginseng tuvieron una mejoría mayor en sus síntomas en el transcurso del estudio, en comparación con aquellos que recibieron placebo. Los investigadores encontraron que el mayor beneficio fue reportado por los que estaban recibiendo tratamiento activo contra el cáncer, en comparación con los que ya habían completado el tratamiento

La bacteria H. pylori: qué es y cómo te afecta

iStock_000022951582XSmall_iLexxDos tercios de la población mundial la tienen en su estómago. Es una de las causas principales del cáncer gástrico y aumenta el riesgo de desarrollar el linfoma gástrico de tejido linfoide relacionado con la mucosa. Se trata de la bacteria Helicobacter pylori. Conócela más de cerca para que puedas defenderte mejor de ella.  
La bacteria Helicobacter pylori (H. pylori) ha coexistido con el ser humano por miles de años, aunque fue  descubierta por dos médicos australianos hace apenas 25.  Es una bacteria que tiene forma de hélice y es responsable de la mayoría de las  úlceras gástricas, de muchos casos de inflamación crónica del estómago (gastritis) y hasta de algunos casos de cáncer gástrico o Maltoma (un linfoma que no es muy frecuente).
El H. pylori pertenece al grupo de las bacterias gram negativas, es decir, un grupo de bacterias que no se tiñen de azul oscuro o violeta con la tinción de Gram, sino que lo hacen de color rosado pálido. La tinción o  de Gram es un colorante específico que se usa en bacteriología para visualizar y diferenciar a los hongos y a las bacterias. Las bacterias gram negativas son uno de los principales grupos de bacterias y muchas veces causan enfermedades. A este grupo pertenecen las bacterias que causan la gonorrea, la meningitis, las enfermedades respiratorias como la influenza y la neumonía. La salmonella, asociada al igual que el H. pylori a enfermedades gastrointestinales, es otra de las bacterias gram negativas.
Para sobrevivir en el medio ácido del estómago, esta bacteria secreta una enzima llamada ureasa, que convierte a la urea en amoníaco. Así, la acidez del estómago se neutraliza y el ambiente se vuelve benigno para el H. pylori.
Debido a su forma en espiral y a la manera en que se mueve, puede perforar el revestimiento mucoso que protege al estómago, que es menos ácido que el espacio interior, o unirse a las células que revisten la superficie interna del estómago, debilitando los mecanismos de defensa de este órgano y produciendo una inflamación local. Más aún, por razones que no se comprenden completamente, el H. pylori también puede estimular al estómago para que produzca más ácido.
¿Cómo puede alguien infectarse con H. Pylori? Se cree que la bacteria se propaga por medio de los alimentos y el agua contaminados, o por contacto directo con saliva o materia fecal (heces) infectados.  En la mayoría de los casos el contagio se produce durante la niñez. Lo que todavía continúa sin entenderse es por qué algunas personas se enferman y otras no.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, casi dos tercios de la población mundial albergan la bacteria, aunque a la mayoría de las personas infectadas no les causa daño ni les produce síntomas.
Cuando sí se presentan úlceras o gastritis (una inflamación del revestimiento del estómago), los síntomas que podrías tener son:
  • Dolor abdominal, ardor o indigestión. Esto puede ocurrir dos o tres horas después de las comidas, o por la noche cuando el estómago está vacío.  Puede aparecer y desaparecer por varios días o semanas y aliviarse con las comidas.
  • Distensión, sensación de estar lleno, pesadez en el estómago y eructos.
  • Sentir mucha hambre pocas horas después de comer
  • Náuseas o vómitos.
  • Pérdida del apetito y/o de peso.
Ten en cuenta que estos síntomas también se parecen a los de otras condiciones de salud, por eso, si tienes algunos de ellos consulta con tu médico para que pueda determinar de qué se trata y pueda indicarte el tratamiento adecuado.
Para detectar si se trata de una infección debida a la bacteria H. pylori, el especialista puede realizar  distintas pruebas, como exámenes de sangre y de aliento o estudio de las heces (materia fecal), aunque la más precisa es la llamada endoscopía del esófago, estómago y duodeno. Este es un procedimiento molesto e invasivo que suele hacerse sólo cuando se sospecha que la persona tiene úlcera u otro problema causado por el H. pylori (como cáncer del estómago), ya que consiste en examinar el interior de estos órganos con un tubo delgado y flexible, que tiene una luz, y que se pasa a través de la boca hasta el estómago y el duodeno.
Si el resultado es positivo para la bacteria H. pylori, el médico te indicará un tratamiento, de acuerdo a tu edad, tu estado general de salud, tus antecedentes médicos y qué tan avanzada esté la enfermedad. El tratamiento puede incluir antibióticos para eliminar la bacteria y medicamentos para suprimir la producción de ácido (como bloqueadores H2 o inhibidores de la bomba de protones).
Luego del tratamiento, deberás hacerte otros estudios para comprobar que la bacteria se haya eliminado. Si es así, las posibilidades de que vuelva son pocas. De todos modos, como siempre es preferible prevenir que curar, toma nota de lo que puedes hacer para evitar infectarte con la bacteria H. pylori:
  • Lávate las manos después de usar el baño y antes de comer.
  • Come alimentos preparados adecuadamente.
  • Bebe agua de fuentes limpias y seguras.
Ahora que cuentas con esta información, presta atención a las señales y a los síntomas que te de tu estómago. Y recuerda que un ambiente limpio y libre de gérmenes puede ayudar a disminuir el riesgo de contraer una infección por H. pylori. Si todavía tienes dudas en tu caso particular.

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